Sulfato de sodio, un mineral esencial para el apoyo de electrolitos en casos de deshidratación con pérdidas de sales y en situaciones de hipovolemia (disminución del volumen sanguíneo).
Desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de líquidos y electrolitos, asegurando el correcto funcionamiento del organismo. Contribuye a regular el volumen de líquido extracelular, la conducción de impulsos nerviosos y la presión arterial, destacando su importancia en el bienestar y la estabilidad del paciente.
Este mineral combina eficacia y seguridad, siendo un aliado clave para restaurar y mantener las funciones fisiológicas esenciales.
